Fines de los '70: agonía y desangramiento, refugio en
el tango-rock y el jazz-rock, Serú Girán
El
rock argentino continuó con su sonido sinfónico durante el fin de la década;
sin embargo, los años 1977 y 1978 estuvieron marcados por la separación de
varias bandas.
La Máquina de Hacer Pájaros
también contó con popularidad, siendo su primer disco un gran ejemplo del rock
progresivo de la época. En 1977 Crucis se separó, al igual que Pappo's Blues.
Aquelarre retornó de España, pero luego de una gira se separaría.
Sin
embargo, 1977 sería el año en que una banda de La Plata llamada Patricio Rey y
sus Redonditos de Ricota comenzaría a tocar. Con su particular música y los
extraños atuendos con los que se presentaban a tocar, los «Redondos» se
convertirían con el paso del tiempo en una de las bandas más importantes del
rock argentino moderno, convocando masas y ganándose un lugar junto a las otras
grandes bandas del rock nacional.
A fines de la década se disolvieron varios grupos: luego de dos exitosos álbumes,
el grupo de Charly García, La Máquina de Hacer Pájaros, se separó, al igual que
Invisible. También Pastoral, era uno de los pocos grupos acústicos que todavía
seguían activos, pero se separaría en 1978.
El rock argentino sufrió una de las
peores crisis desde su concepción y los medios hablaban abiertamente de la
muerte del rock nacional. Sin embargo, durante ese periodo de «sequía» de
1978 el rock argentino fue testigo de la aparición de la primera «superbanda»
exitosa, Serú Girán.
Los
músicos Charly García, Oscar Moro, David Lebón y Pedro Aznar lograron con Serú
Girán cosechar una gran popularidad con su propio estilo de rock, llegando al
público de las clases bajas tanto como a los de los sectores mediosaltos.
Pero
en el primer concierto de la banda para promocionar el álbum se dio una de las
anécdotas más peculiares del rock argentino: en el show, los fanáticos no
entendieron los extraños trajes que la banda usaba (completamente blancos,
excepto por Charly, que estaba con una chaqueta negra y zapatos); y luego
cuando el grupo tocó «Disco Shock», una sátira de la música disco, la respuesta
de la gente fue muy negativa, llegando a silbar y abuchear al grupo. Con los
fanáticos clamando por canciones de Sui Generis. La gente no entendió el
mensaje y circularon toda clase de rumores acerca de la orientación sexual de
los miembros de la banda.
Serú
Girán lanzó su segundo disco, intitulado La Grasa de las Capitales en 1979. El
álbum fue bien recibido por la prensa especializada y cimentaría su lugar como
la mejor banda de la época.
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